Historias de éxito programa Patios Productivos Fundación Granitos de Paz

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Elva Marina Padilla

Historias de éxito programa Patios Productivos
Fundación Granitos de Paz

Elva es una mujer emprendedora, agricultora urbana del programa de Patios Productivos, con 60 años ha logrado sacar adelante a su familia mediante esta ardua labor que manifiesta disfrutar a diario con su esposo. Antes de hacer parte del programa Elva se dedicaba a la venta de mercancías, por lo que se veía en la necesidad de viajar constantemente y salir de la ciudad, adicionalmente era un trabajo que no le proporcionaba una estabilidad fija.

Gracias a su vinculación en los programas de la Fundación Granitos de Paz, su vida ha cambiado en su totalidad. Ahora disfruta de trabajar en su casa y junto a su esposo, tiene un trabajo estable y un arduo acompañamiento por parte de la fundación en todos los aspectos de su vida. Gracias al Patio Productivo actualmente Marina tiene un ingreso mensual promedio de $180.000 COP adicionales a los ingresos de toda la familia, los cuales oscilaban en $300.000 mensuales.

Para esta gran mujer su huerta casera ha permitido ver la vida con mayor optimismo en medio de desesperanzas. El sembrar albahaca, rùgula, espinaca y mostaza en su patio ha incido en la generación de ingresos económicos a su hogar, mejora de la alimentación familiar pero mejor aún ha fortalecido lazos al interior de la familia. El programa de Patios Productivos no solo les da la oportunidad de generar ingresos, les enseña a los beneficiaros a tener compromiso, disciplina, higiene y responsabilidad pilares fundamentales que les sirve para su vida.

 


Boncy Palomo Cuadrado

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Fundación Granitos de Paz

Boncy es una madre cabeza de familia vinculada al programa de Patios Productivos de la Fundación Granitos de Paz hace cinco años. Boncy se ha caracterizado por ser una persona bastante empírica, tiene algunos conocimientos en el área de la agricultura y la cocina que le habían inculcado sus padres desde temprana edad, quienes son oriundos de municipios vecinos.

Para Boncy, las labores concernientes al campo la llenan de profunda felicidad, tanto así que ella manifiesta que la transportan a momentos agradables de su niñez. Es por eso que dedica gran parte de su tiempo, el que sea necesario, a sus hortalizas, las riega con amor y efectivamente su cosecha habla por sí sola. Pero eso no lo es todo, esta mujer perseverante también se dedica a la elaboración y comercialización de quibbes en los que ha incorporado la hierbabuena producida por ella misma a su receta, logrando un producto innovador, nutritivo y saludable, que ha tenido gran acogida en la comunidad Rafael Núñez del barrio Olaya Herrera.

Para Boncy, “hacer quibbes es una tradición que viene de generación en generación en mi familia, quise darle un toque diferente a los que yo preparaba por lo que me arriesgué a este nuevo ingrediente y funcionó. Los hago horneados y fritos, a la gente le gusta”. Gracias a la comercialización de este producto, Boncy logró aumentar sus ingresos mensuales en $400.000 COP, lo cual es una suma de dinero bastante significativa para las familias del barrio Olaya Herrera y con la satisfacción que lo ha logrado gracias a su propio mérito.

Así mismo, manifiesta el apoyo que ha tenido por parte de la fundación desde sus comienzos en el programa de Patios Productivos aportando un granito de paz a su hogar al cambiar aspectos trascendentales de su vida como mejorar los hábitos alimenticios, generar ingresos económicos y tener conciencia de la importancia del cuidar el medio ambiente en la familia.


Damaris Guerrero

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Fundación Granitos de Paz

Damaris es popularmente reconocida por su deliciosa limonada de hierbabuena con albahaca, una bebida refrescante y saludable la cual es muy popular en la costa caribe. Damaris se ha caracterizado por tener una personalidad arrolladora y amable, siempre sonrisa en su rostro y un semblante alegre. Damaris se vinculó con la Fundación Granitos de Paz en el programa de Patios Productivos. A lo largo de todo este tiempo, sus cosechas se han caracterizado por su gran calidad.

Damaris afirma que el secreto para una buena cosecha radica en el cariño que se logre transmitir al cultivo, es por lo que una de las cosas que más disfruta en la vida es cuidar de sus plantas, a las cuales les habla y canta mientras las riega cada mañana.

Damaris ha logrado incorporar e inculcar en sus hijos la pasión y el compromiso por la agricultura. Sus hijos participan de esta labor ayudándola a tener su patio limpio y organizado. Gracias a la ayuda de la fundación y el programa de Patios Productivos, los ingresos de Damaris han aumentado en $250.000 COP y $ 350.000 COP, una cifra muy superior a lo que estaba acostumbrada a recibir.

Antes de comercializar sus hortalizas orgánicas, Damarias dependía solo del apoyo de su esposo quien es vendedor ambulante en el mercado de Bazurto y reunia unos ingresos familiares de $400.000 COP mensuales.

Damaris cuenta que “antes de pertenecer a patios productivos, vivía con estrés, quería hacer algo para contribuir a solventar los gastos de mi familia desde mi casa y que me hiciera sentir feliz de ello, y creo que el programa ha superado mis expectativas”. A Damaris le gusta asumir los retos en su vida, ya que ella considera que de ellos ha tenido buenos frutos y quisiera tener un patio más grande para no solo tener más cultivos sino para sentirse más feliz.


Margaret Arellano

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Fundación Granitos de Paz

margaretMargaret, una mujer fuerte y con alto espíritu de superación. Se vínculo con la Fundación Granitos de Paz en el programa de Patios Productivos. Margaret ha encontrado en sus cultivos una nueva oportunidad en su vida. Ha podido cultivar por sus propios medios, ingredientes para la elaboración de una rica y exquisita salsa de pesto Un aderezo muy tradicional de la cocina mediterránea que se disfruta en espaguetis y carnes, cuyo ingrediente principal es la albahaca.

La comercialización de sus hortalizas orgánicas junto con la producción de este producto le ha generado a Margaret una entrada económica adicional con la que ha logrado junto con su esposo brindarle mejores condiciones de vida a su familia. Margaret ha incrementado sus ingresos mensuales con unos $290.000 mil pesos. Una entrada fija que tiene para su familia y la cual es muy superior a lo que ella estaba acostumbrada a ganar, antes dependía solamente de los ingresos que podía conseguir su esposo.

El vincularse al programa de la fundación, le ha brindado a Margaret y a su familia la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, se sientes más tranquilos con los temas económicos de la familia y los cultivos le trasmiten gran tranquilidad.

Margaret dice que “en patios productivos he aprendido las propiedades de las hortalizas y verduras innovando en la cocina con recetas que consumen y disfrutan mis hijos”. Esta mujer tiene en su patio trojas y eras en las que cultiva ají, pepino, albahaca, rúgula y hierbabuena. El patio productivo es un lugar de su casa que le transmite mucho amor y compromiso y en donde sin duda alguna respira perseverancia.

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